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Estos 5 HTML sobre nuevos paradigmas han sido aplicados a la ampliación de las causas I 71521, 71542, 71618 y 71619 en SCJPBA

Procesos de ingreso a tres nuevos paradigmas: el requiem de la ciencia hidráulica en planicies extremas; el nacimiento de la fenomenología de los flujos convectivos naturales internos positivos cubriendo el bache del anterior sistema de miradas; la trascendencia del develamiento de estos recursos naturales en los recursos culturales ambientales.

De la pequeñez de nuestras miradas ambientales; en especial, de la confianza ciega depositada en la ciencia hidráulica y ésta, en energía gravitacional cuya insignificancia en el orden natural no hay forma de ocultar;

acercando aquí como cambio paradigmático el rol de las energías convectivas presentes en las dinámicas horizontales de las aguas someras en esteros y bañados, haciendo sus aportes en planicies extremas a las sangrías mayores.

Abordaje previo al recurso fenomenológico acariciando su develar

La publicidad de las vivencias fenomenales según Heiddeger [die Öffentlichkeit] oscurece más las cosas; pues presentar lo así descubierto como cosa sabida y accesible a cualquiera, no consigue sino velarlas aún más. Esta es mi dificultad común con este aserto en temas del alma que exceden lo propio de la materia natural qe aquí nos convoca; y por ello elijo la publicidad que hoy nos alcanza la propia Naturaleza merced a imágenes concretas para ventilar fenómenos al descubierto.

De todas maneras, el elogio que siempre hago de mi Querida Alflora habla no sólo del bien, sino de lo afortunado, de la Gracia recogida, del leño colectado, del privilegio del logos que viene a Nos por el Amor legado.

Somos seres cohabitados por espíritu. Lacan habla del Otro. Buber arrima un poco mejor la cuestión filosofando sobre el Tú. Ramón y Cajal remata:"en la Ciencia, como en la vida, el fruto llega siempre después del amor".

Fruto del Amor es la vivencia fenomenal; que por supuesto, no siempre concluye en fenomenología.

 

El pasaje paradigmático según Kuhn

La acumulación de paradojas, es decir, ciertas observaciones que no suman favor, causan crisis que van en desmedro del paradigma inicial.

Proliferan las teorías y esto da lugar a debate de fundamentos.

El cambio es tal que no sólo es incompatible, sino también inconmensurable. Hasta las palabras empleadas son diferentes

Refiriendo de las luchas paradigmáticas valen estas expresiones: no importa el destino, sino el viaje. La vida es un permanente proceso de cambio.

Este proceso no es iterativo, sino multidimensioanl; no un estímulo, sino muchos e incluso contradictorios

Según Thomas Khun: "cada paradigma delimita el campo de los problemas que pueden plantearse, con tal fuerza que aquellos que caen fuera del campo de aplicación del paradigma ni siquiera se advierten".

“Cada revolución es la oportunidad de pasar de un paradigma a otro mejor. Si se desarrolla una crisis, el pasaje de un paradigma a otro se hace necesario, y este paso es esencial para el progreso de la ciencia. Si no hubiera "revoluciones", la ciencia quedaría atrapada o estancada en un solo paradigma y no se avanzaría más allá de él. No es una evolución hacia un objetivo determinado sino, un mejoramiento desde el conocimiento disponible, cada paradigma nuevo es un instrumento para resolver enigmas”.

 

Correlatos culturales reflejados en el lenguaje y en las leyes

El haber apelado a la voz “ambiente” y no a la de “Natura” ya nos permite advertir que el paradigma ambiental está en tránsito primario que aún tiene mucho por reconocer y recorrer. Debemos recordar que a este nuevo actor jurídico no le caben obligaciones; que no es nuestro caso. Esto ya conforma un puntal no menor del cambio paradigmático.

El otro tampoco menor es el Principio precautorio: la ausencia de información o certeza científica no será motivo para la inacción frente a un peligro de daño grave o irreversible en el ambiente, en la salud o en la seguridad pública.

Otro cambio paradigmático que nos cabe transitar ya viene expresado por el derecho romano diferenciando los bienes del Estado de aquellos que no pueden ser apropiados porque están afectados al servicio público. Son las cosas comunes, que pertenecen no al Estado sino a todo el género humano.

(Y este que suscribe diría, que tampoco pertenecen a Nos, sino a Natura).

Cicerón explica: "Vosotros no impediréis al río correr, porque es un bien común a todos, sin ser propiedad de nadie. Lo mismo sucede con el aire, que no es aprehensible." Es decir que todos pueden usarlo.

Agrega Cicerón: "La primera obligación de la justicia es servirse en común de las cosas comunes."

Por su parte, Alfonso el Sabio –que es el que más avanza en la protección de los intereses difusos– expresa en sus Leyes para Castilla: "Son comunes a toda criatura el aire, el agua de la lluvia, de la mar y su ribera."

Agrega: "Los ríos, puertos y caminos públicos son comunes, aun a los que son de tierra extraña. En los ríos navegables y en sus riberas no se puede hacer edificio que embarace el uso común; y el así hecho o que se hiciera, que se derribe, pues la común utilidad no se ha de posponer a la particular."

La debilidad de la Constitución Nacional en este tema contrasta bien con la Constitución de Córdoba – Artículo 53–, la de Salta, la de Tierra del Fuego, y las leyes de Mendoza, San Juan y Santa Fe, planteando el tema de los intereses difusos en forma mucho más contundente que el texto lavado y débil de nuestra Constitución Nacional.

Consideramos que la inclusión de esta a la vez nueva y antigua figura jurídica en nuestro texto constitucional va a permitir accionar por la defensa de derechos que son de difícil cuantificación, que son bienes libres no económicos, pero que hacen definitivamente a nuestra realidad; y a qué hablar, a la de Natura.

Un poema campesino chino del siglo XIII advierte que si no lo hiciéramos "ellos nos sacarían el aire, propiedad común, y querrían sacarnos el Sol, hasta el viento y la lluvia."

La Constitución rechaza el concepto del “contaminador pagador”: obliga a preservar y defender, antes de recomponer. Cuando todo tiene precio, nada tiene valor; y es en situaciones como éstas cuando debemos optar por darle valor al entorno que nos cobija”.

La Dra. García Minella a la esfera de intereses sociales apunta: “Quien adhiera al modelo de desarrollo sustentable acepta que la variable ambiental atraviese de manera horizontal todas las políticas de Estado, entendiendo el concepto de medio ambiente como un concepto amplio al que ha adherido nuestra constitución, atento que tutela al medio ambiente como un bien social y lo hace de una manera integral.

La tutela del ambiente importa el cumplimiento de los deberes que cada uno de los ciudadanos tienen respecto del cuidado de los ríos, de la diversidad de la flora y la fauna, de los suelos colindantes, de la atmósfera. Estos deberes son el correlato que esos mismos ciudadanos tienen a disfrutar de un ambiente sano, para sí y para las generaciones futuras, porque el daño que un individuo causa al bien colectivo se lo está causando a sí mismo. La mejora o degradación del ambiente beneficia o perjudica a toda la población, porque es un bien que pertenece a la esfera social y transindividual, y de allí deriva la particular energía con que los jueces deben actuar para hacer efectivos estos mandatos constitucionales”. Ver /nuevoparadigma4.html

 

Dos vertientes de lingüística histórica a transitar

Respecto de la voz “ambiente” raíz indoeuropea *ambhi- alrededor; sanscrito abhi, avéstico aibi; galés am; alto alemán antiguo umbi; islandés antiguo umb; anglosajón ymb.

Griego amfi: de uno y otro lado. Latín ambi- alrededor.

La palabra ambiente también carga adicional raíz *ei- ir, latín eo; griego eimi, poner en movimiento.

Sin duda, la palabra ambiente refleja compromisos que la palabra Natura da por descontados. Esta recoge de la raíz indoeopea *gen- todo lo que engendra, lo que nace, lo que brota, lo que germina, lo que florece. Esta última, reflejada en la raíz sanscrita *phul- lo que florece. De aquí la voz Füsis que hoy vemos traducida como Naturaleza y en aquellos tiempos apuntaba a la energía presente en el florecer. La misma que está presente en el carácter transitivo que acompaña a la voz ambiente con esa coloratura de su particular "eternidad" dinámica que nos mueve a indagar por ella.

Correlatos a estas dos vertientes advertimos por un lado en los desarrollos discursivos que caben interminables a los temas prisioneros en el recurso cultural sin hacer pie firme y traccionando desde fenomenología alguna, pero ya sintiendo compromisos urgidos por patentes dificultades que no alcanzan en solución a prosperar, pero son su ruego;

y por el otro, en aquellos muy escasos que tratan sobre el asombro en que despiertan los que miran por el recurso natural. Es aquí donde invito a mirar porque aquí es donde el viejo paradigma hidráulico se esfuma en bloque.

Antes de entrar al tema de las pendientes y con qué soportes las infieren los modelos mecanicistas, demos un paseo por antiguas cosmovisiones que no sólo recuerdan estas dos vertientes, sino que en adición hacen presente al calor que a una de ellas mueve.

Es con aprecio singular que recuerdo a Heráclito señalando que el fundamento de todo está en el cambio incesante. También recuerdo que hace 2500 años el concepto griego de entropía refería a la "cantidad que se mantiene constante en un cuerpo tras sus diferentes transformaciones".

Para Heráclito, este principio es el fuego, lo cual en opinión de muchos no debería leerse en un sentido literal, pues es una metáfora; y sin embargo a este que suscribe no le da ningún temor entenderlo como tal, pues de hecho, sin la luz del sol nuestro ánimo estaría enmohecido y sin el fuego del sol, las aguas someras y las sangrías mayores en planicies extremas estarían condenadas a estancación, pues sin pendientes -que ya veremos en qué inestimable medida en las cuencas inferiores no las hay-, no hay solución otra que la que aporta el sol.

El principio del fuego que apuntaba Heráclito refería al movimiento y cambio constante en el que se encuentra el mundo. Todo este fluir está regido por una ley que él denomina Logos; voz que desciende del más antiguo logoi: candelas que iluminaban el altar homérico y estas: el corazón del hombre.

Ya no de Homero, sino de Ramón y Cajal aprecio repetir su aserto:"en la Ciencia, como en la vida, el fruto llega siempre después del amor".

Este Logos no sólo rige el devenir del mundo, sino que le habla, indica, da signos al hombre, aunque la mayoría de las personas «no sabe escuchar ni hablar» (fragmento B73DK). El orden real coincide con el orden de la razón, una «armonía invisible, mejor que la visible» (B54DK), aunque Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas viva relegada a su propio mundo, incapaces de ver el real. Si bien Heráclito no despecha el uso de los sentidos (como Platón) y los cree indispensables para comprender la realidad, sostiene que con ellos no basta y que es igualmente necesario el uso de la inteligencia.

Este que suscribe insiste que tampoco basta con la inteligencia si no aparece el regalo de las Gracias del Amor en forma de mil legados que siempre empiezan por el asombro. Toda vivencia siempre tiene carácter fenomenal; algunas son tan íntimas que no conocen por décadas su salida al exterior.

Otras son tan asombrosas como útiles; pero encuentran el obstáculo de implicar el destino del infierno para el paradigma anterior. Por eso Heiddeger decía que la publicidad de las vivencias fenomenales [die Öffentlichkeit] oscurece todas las cosas. Al primero que lo ve le deja los ojos blancos de asombro. Al que se le anoticia sin haberlo visto, lo primero que experimenta es una cerrazón; luego el temblor de un infierno porque amenaza destruir todos los cimientos con que ha obrado; que aunque haya errado y lo haya advertido, no ha cesado de ajustar su modelo matemático imaginando en el ajuste de sofisticadas variables, la solución.

Hablando ya no de paradigmas, sino de laxitudes y falta de integridad, dice Heráclito: “Se engañan los hombres [...] acerca del conocimiento de las cosas visibles, de la misma manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto, unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: 'cuantos vimos y atrapamos, tantos dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos”. en Diels-Kranz, Fragmente der Vorsokratiker, 22 B56

Formas de engaños comunes en todos los prados que por eso luego Heráclito también acierta a señalar que “En el mismo río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos]”. Materias estas que aprecio imaginar tienen que ver con la metáfora de la integridad humana tan llamada a dispersión “en los alrededores”; en el ambi … y no en la atención y valoración del espíritu que en Nos cohabita.

Según el parecer de los observadores del flujo paradigmático, al uso de los sentidos y de la inteligencia, amén de la integridad y de la mayor atención espiritual hay que agregar una actitud crítica e indagadora. La mera acumulación de saberes no forma al verdadero sabio.

Debe recordarse que Heráclito sostiene que los opuestos no se contradicen sino que forman una unidad armónica (pero no estática). Es razonable, entonces, que la otra cara del agua sea el fuego, como él mismo lo adelanta en sus fragmentos.

A pesar de que existen ciertas similitudes entre Heráclito y Parménides, las doctrinas de ambos siempre han sido "contrapuestas", transitivas e intransitivas, (con cierto margen de error), ya que la del primero suele ser llamada «del devenir» o (con cierto equívoco) «del todo fluye», del panta rei; mientras que el ser parmenídeo es presentado como una esfera estática e inmóvil.

Asi también solemos presentar a las leyes. Tal por caso lo que han dejado del art 18 de la ley provincial 12257 a la que por reglamentación han despojado de toda hidrología y así la línea de ribera pasa a ser una cosa estática como la que venimos denunciando en varias causas; y no una que refiera de las dinámicas de la naturaleza, su comprensión y prevención. Ver causas I 69518, 69519 y 69520 en SCJPBA . También en la I 71614

Ahora bien, el devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: «Todo surge conforme a medida y conforme a medida se extingue». El hombre puede descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al hombre y a las cosas (la doctrina de Heráclito fue interpretada, olvidando esta afirmación del logos, en la filosofía inmediatamente posterior —sobre todo, en Platón— como una negación de la posibilidad del conocimiento: si nada es estable, se niega la posibilidad de un saber definitivo). Lo que acaba con este pensamiento es lo complejo.

Tan complejo que hasta las leyes reconocen carácter transitivo y por ello nunca agotan descendencias; y hasta aceptan actores nuevos como este que hoy nos mueve a mayor valoración.

Heráclito reprocha al poeta que dijo: «¡Ojalá se extinguiera la discordia de entre los dioses y los hombres!», a lo que responde: «Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiera hembra y macho, que están en oposición mutua» (fragmento 9a Walzer = A 22 Diels-Kranz).

«Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y que la justicia es discordia».

«Siendo el logos común, casi todos viven como si tuvieran un logos particular».

«Ni aun recorriendo todo camino llegarás a encontrar los límites del alma; tan profundo logos tiene».

«La armonía invisible es mayor que la armonía visible».

Ha estado Heráclito presente en mi alma durante más de 50 años y ese fragmento que dice: «En un río entramos y no entramos, pues somos y no somos [los mismos]», me recuerda la dificultad que expresan en términos de integridad, nuestros comportamientos y la poca o nula conciente atención que sostenemos con el espíritu que en Nos cohabita. Ventana al alma abierta que sólo los abismos habilitan.

De la misma forma me lo recuerda el bit cuántico cuando desprecia procedimientos que no perciban al binario 1 y cero reunidos en un mismo cuerpo. Al bi-on. Al bi-olos. Al mismo al que la biología estudia por separado. Situación que a la razón analógica plantea no pocos desconciertos y motivo por el cual las computadoras cuánticas se plantan cuando quien pretende utilizarlas se mueve en el marco habitual de la razón. Sólo operan con inteligencia artificial que no pierde de vista esta cuestión de la integración de los “opuestos”. No del agua y la gravedad, sino del agua y el fuego juntos, realidad asombrosa que nunca nuestros científicos discernieron.

Sin irnos a buscar herramientas de laboratorio que aún no tenemos, Natura ofrece a los sentidos el goce de ver en directo sus presupuestos mínimos de integración entre el agua y el fuego en los enlaces termodinámicos propios de sistemas naturales olárquicos abiertos; esos que dan por traste -mientras el sol no se apague-, con la concepción clásica de entropía como devenir que maximiza los gastos.

Así encontramos desde estos conceptos termodinámicos clásicos propios de cajas adiabáticas cerradas, los límites que enfrentamos al no advertir los enlaces termodinámicos entre sistemas naturales olárquicos abiertos y que de esta forma demoledora hacia la ciencia vienen expresados por Mark Sagoff:

“La ecología de los ecosistemas debe superar cuatro obstáculos conceptuales antes de que pueda considerarse parte exitosa de la ciencia ecológica:

· debe proporcionar una definición del concepto de "ecosistema" que permita delimitar de forma inequívoca los ecosistemas, clasificar los diferentes tipos de ecosistemas, y seguir los cambios en el estado de un ecosistema;

· debe identificar los criterios para la determinación de teorías y modelos de ecosistemas, y aplicar estos criterios en la investigación de los ecosistemas;

· debe proporcionar una explicación plausible de las causas de la estructura del ecosistema y la organización ;

· debe ser eficaz para ayudar a resolver los urgentes problemas ambientales.

La ecología de ecosistemas falla en los cuatro cargos . Mark Sagoff

Para seguir los cambios en el estado de un ecosistema, primero hubimos de caer en el asombro siguiendo los íntimos senderos de la inducción perceptiva, mezcla de intuición y de azar que suele seguir acompañado de sutil atrapante conmoción; -lo propio de una manifestación fenomenal, de una Er-scheinung, de ese mínimo que media entre apariencia y aparición-.

Cuyas dificultades de transmisión reconocen lo propio que media entre Erlebnis y Erfahrung, entre vivencia y experiencia, entre em-peiría y ex-periencia, entre transporte interior y su demorado correlato exterior. Siempre, muy anteriores a la pretensión deductiva que suele ser la última en llegar, cargando de inmediato la aspiración a congelar todo el devenir eurístico en modelos matemáticos y sus correlatos santificadores de leyes. En lugar de seguir mirando, primero hagamos el modelo matemático para reforzar la ley. Ver ejemplo de estas prisas por modelar con 2 boyitas cuando recién meten las narices en el tema y jamás aplicaron mirada aguna a flujos convectivos http://www.alestuariodelplata.com.ar/frentehalino6.html

Pero si en flujos estuariales van ciegos y de prisa, a qué hablar de lo inaudito que ocurre en la desatención para enfrentar la realidad de las minúsculas diferencias altimétricas que pesan en las cuencas medias e inferiores de la casi totalidad de las grandes cuencas del planeta.

La mecánica de Newton sigue siendo una excelente aproximación en el contexto de velocidades lentas en comparación con la velocidad de la luz; pero resulta espantosa cuando pretende inferir energías cinéticas en planicies extremas. Sin embargo, toda la mecánica de fluidos sigue absorta con las mismas leyes; como si una pendiente de 4 mm por Km fuera propicia para seguir patinando en el siglo XXI con la ley de la gravedad.

"Un paradigma en trámites de constelación suele reemplazar a reglas explícitas, como base para la solución de muchos rompecabezas remanentes de la ciencia normal". Pero aún así, amén de la solución a muchos rompecabezas, un cambio de paradigma suena fatal como un terremoto.

De inmediato tocaremos este tema puntual de las pendientes; pero antes acerco comentario de aquellos que indagando en los mecanismos de acceso al conocimiento que deviene en cambios paradigmáticos, regalan sus aprecios describiendo las etapas de estos procesos desde una perspectiva estructural operando en diferentes niveles: macro, meso y micro; lo que ayudaría a comprender el funcionamiento del nuevo paradigma.

Nivel macro: se requiere conocer la respuesta a "qué puede ser entendido". La suposición que hacemos al contestar estas preguntas nos predispone a una determinada forma de encarar el proceso de conocimiento.

Nivel meso: ¿El hombre es capaz solamente de un limitado conocimiento deductivo, o está abierto a un entendimiento inductivo y comprehensivo del universo? ¿Si el hombre es capaz de un conocimiento inductivo, dónde se origina éste?

A emulación de Heiddeger están aquellos que apuntan a la aproximación ontológica buscando evadir la esencia de las cosas, requiriendo que éstas revelen por sí mismas cómo son; que se muestren como Er-scheinung fenomenal.

Acontecer que también se reconoce como pleonasmo, en términos tales con fenómeno eurístico -a no confundir con “critical euristhics”-. 5 párrafos arriba he apuntado con brevedad a este tema que pretende inferirse como conocimiento, cuando de hecho no es por él que comienza la función.

Y al igual que estos 3 niveles con que avanzan en estructuración, son parte natural del devenir de las vivencias fenomenales. Y vuelvo un paso atrás para dejar tranquilo al que poco o nada entendió, repitiendo aquella frase de Heiddeger que dice: "La publicidad [die Öffentlichkeit] oscurece todas las cosas y presenta lo así encubierto como cosa sabida y accesible a cualquiera".

Reconociendo que no es para nada sencillo cambiar de lugar un pelo en cosmovisión, recorro estos caminos de pesada ventilación que en mi pathos vivencial no empezó por fenomenología alguna, sino por imagen cargada de incongruencias entrando por los ojos y alguna que otra consideración inmediata que se le sumó, reconozco sin embargo, que me llenaron de asombro. Tardé unos cuantos meses en salir de él; para darme luego, paso a paso, a acariciar fenomenología.

Mi trabajo ofrece las dos vertientes: las mismas imágenes que me llenaron de asombro y el soporte de intelección que fue llegando paso a paso y por ello se reconoce bien posterior. No miré por un teorema; ni me detuvieron leyes, sólo caí en el asombro.

Cada uno encontrará el camino que convenga a su particular acceso y posterior renovada transmisión. El tener acceso a ricos bancos de imágenes tal vez logre cambar, si no el orden, el tiempo de estos recorridos macro, meso y micro; inevitables, obligados.

Nivel micro: aquí el conocimiento previo y actual de la percepción está limitado a las categorías esenciales, mientras que la conciencia afectiva por el contrario, se muestra de naturaleza abierta, ilimitada, inductiva y no restringida por esos límites previos que refieren de una percepción en stand by legislada, catecumenizada, harto reconocida y por ello, muchas veces ciega. Tan ciega que lo último que advertiría es la suerte de una mutación.

La postura crítica hacia conceptos tradicionales que carecen de fundamento surge de un encuentro natural e inevitable, tan inesperado como el Er-scheinung fenomenal mismo. Esa postura crítica señala que "en la máxima fenomenológica suena una doble exigencia: por un lado, a las cosas mismas en el sentido de investigar demostrando las cosas con los pies puestos en el suelo (la exigencia de una labor demostrativa); por otro, en primer lugar recuperar y asegurar ese suelo (mira la exigencia de poner el suelo al descubierto). La segunda de ellas es la exigencia de poner fundamento y por ello incluye la primera". A eso apunta la labor fenomenológica que se reconoce parte del mismo regalo del devenir eurístico, que sin duda, bien excede a la criatura.

Los cambios paradigmáticos que comienzan alimentándose de realidades vivenciales particulares exceden con creces los límites de una Gestalt cognitiva apoyada en metafísica, epistemología y ética. Por supuesto, estos cambios paradigmáticos afectan con cambios profundos a cada una de estas tres ramas del filosofar, para confluir en todo caso enriqueciendo las praxis del vivir.

El conocimiento hermenéutico que lograra arrimarse para cimentar esta Gestalt responde a inspirada intencionalidad poética y reflexiva dura que suele acompañar al devenir de los procesos eurísticos cuya matriz está fundada en las Gracias que alimentan los regalos del Amar. Aquí comparto aprecios con Ramón y Cajal y Homero.

En rigor, la expresión “fenómeno eurístico” apunta un claro pleonasmo que a partir de inducción impensada y azarosa apunta a los sentidos como primeras herramientas en su devenir a percepción; en este caso, imágenes a las que seguirán guiando luego la intuición y el ulterior trabajo deductivo buscando imágenes y palabras para constituir oportuna y renovada transmisión.

Parte de cada despertar eurístico, repito, que siempre deja abierta una puerta al fenómeno en cascada, mostrando cambios graduales merced a una azarosa serie de estados.

Para abreviar, acerco de hace 2400 años, de Heráclito esta frase: "Las fuentes de la Vida, de la Füsis, de la Naturaleza en sus esferas transitivas, aman encriptarse, Füsis krüptestai filei

La conciencia del florecer ama encriptarse, para sólo frente al Amor en día oportuno develarse. Alflora (1956-2004)

No hay ley en esto; sólo Amor.

 

De las tardías pruebas que con sorpresa entre Juio y Septiembre del 2011 me alcanzaron, de la inexistencia de pendientes de salida de los grandes cursos de aguas dulces al mar; -a excepción del rio Zaire que reconoce un mix de energías convectivas y gravitacionales-; con adición de novedades sobre las disociaciones y transportes sedimentarios al talud en el borde oceánico. Experiencias que muy tardíamente advertidas me permitieron volver a apreciar el fuego de todo lo que había presentado en el Congreso Internacional de Ingeniería 12 meses antes.

Ver por /nuevoparadigma2.html